Televisión Abierta: Una Mentada Colectiva

Estar desempleado es una de las experiencias más horribles que le pueden suceder a un profesionista. Es cómo vivir en una isla desierta repleta de comida chatarra y con una tele, que tiene sólo una antena de conejo, conectada a un misterioso generador eléctrico cómo los de LOST.

Recordemos a los geniales Beavis y Butthead, por ejemplo. Ellos no tenían comida, dinero, novia o dignidad; pero gracias a que tenían MTV en su tele eran capaces de sobrevivir cada día. En la película, sobre estos personajes, alguien les roba el televisor y ello los lleva a una extraña aventura en busca de lo único que le da sentido a sus vidas.

No estoy diciendo que yo sea tan vacío cómo Beavis y Butthead pero, sin duda, es terrible estar desempleado y mucho peor tener que chutarse la programación de la televisión local o "de señal abierta". Es una verdadera tortura que todo el día sólo transmitan un par de programas "decentes", sin contar las caricaturas, las cuáles considero que son lo más sano que se puede ver en la televisión mexicana.

Seamos sinceros, el Canal Once u Once TV (¡arriba el poli!) tiene muy buenos programas culturales, en su mayoría producciones nacionales... pero la neta después de un rato ya cansa saber sobre los hábitos de apareamiento de la araña panteonera de Azcapotzalco o sobre qué tan jodidas están las pirámides de Teotihuacán. El que le sigue es el Canal 22, que tiene de chile de mole y de pozole, porque no es tán cultural, pero tampoco tan entretenido. El resto de los canales tienen una programación que apenas y alcanza la categoría de materia para composta.

TV Azteca comenzó siendo un digno rival al monopolio de Televisa, pero terminó siendo igual. Ahora ya no vemos una buena programación bien planificada sino el mismo engrudo que hacen pasar por atole ambas televisoras. La tortura en ambas cadenas comienza con sus horribles programas mañaneros, algunos tienen una pizca de sarcasmo y picardía mexicana "pa variar", mientras que el resto no es más que un revoltijo de idioteces manejadas de tal forma que parecieran tener sentido. La fórmula de estos horrendos programas es simple:

Chicas buenotas + Chicos buenotes + Un comediante de tercera que por caridad está ahí + bailarinas y bailarines que intentan amenizar el ambiente con las peores coreografías pensadas al chilazo + un montón de reportajes que sólo buscan dan una embarrada de información inútil +juegos estúpidos en los que sólo los presentadores se divierten + concursos que utilizan como recurso el burlarse de las personas a cambio de darles una miseria = Típico programa mañanero

Imagen obtenida del blog chido: http://sacatraposmonos.blogspot.com

Después de los programas mañaneros somos torturados por las temibles, vacías e inútiles telenovelas que ahora mutaron a una forma más terrible... las "series con mensaje." Esto inició con la jalada de "Mujer: Casos de la Vida Real", programa que no llegó a ser tan tedioso porque estaba de alguna forma "controlado", pues en la programación no existían programas similares a este. Desgraciadamente TV Azteca, de seguro con la ayuda del ingenioso Dr. Simi, no sólo copió este formato, también tuvo el descaro de convertirlo en la base de toda su mugrosa programación. Hoy a cualquier hora de la tarde entresemana encontrarán en TV Azteca idioteces cómo "La Vida en un Calzón", "El Sexo Fuerte de Olor", "Lo que Berreamos las Mujeres" o de plano una estúpida telenovela que tampoco se libró de tener sus mensajes subliminales pro feminismo -altruismo.

Admito que sí hubo una época en la que las telenovelas de Tv Azteca parecían estar mejor desarrolladas que las de Televisa. La hubo, pero ahora tenemos la misma basura de siempre con excitantes títulos cómo "La Hija del Jardinero", no sé a quién carajos se le ocurrió ponerle un título de película porno a una telenovela. Pero eso sí, en cuanto a títulos y porquerías, Televisa se lleva las palmas. Ahora sacaron dos aberraciones de la pantalla chica, una titulada "Las Tontas no Están en Celo" y "El Diablo y unos Guapos" (claramente estoy parodiando los títulos originales...). En esa de "las tontas" exprimen a más no poder el escaso potencial cómico que le queda a Jaime Camil y además explotan de la forma más desesperada y vulgar la rivalidad entre Las Águilas del América y las Chivas del Guadalajara. La otra ni la he visto, y la primera sólo dos o tres veces por extremo aburrimiento.

Y para cerrar con broche de oro, el peor de los males televisivos: Los programas de chismes. Considero que la peor clase de persona es el chismoso y cualquiera puede comprobarlo si conoce a alguien así. Lo peor de estos programas es que no sólo se dedican a infestar lo hogares con información inútil, además se aseguran de que esta información se quede el tiempo suficiente dentro de nuestra mente cómo para tenernos interesados. Para ello reciclan y reciclan la misma información, arrojando de cuando en cuando uno que otro dato nuevo para que pensemos que es algo "diferente." Ni siquiera mi perro creería que si yo le pusiera media salchicha en su habitual tazón de croquetas éstas mágicamente se convertirán en un "hot dog". No me gusta mucho utilizar palabras cómo las que estoy a punto de escribir pero es que en verdad ya estoy HASTA LA MADRE de escuchar a cada rato sobre el nuevo homenaje que le harán al vocalista muerto de K-Paz de la Sierra, carajo ni que fuera un héroe de guerra ¡Si lo aman tanto ya déjenlo descansar en K-paz! También ya no soporto escuchar sobre la nueva de Fabiruchis, ya sabemos que le rompieron la madre por andar de maricón ¿y qué? él se lo buscó por jacarandoso. Y me vale si la vulgar de Niurka deja o no fumar a sus desgraciados hijos o si la asquerosa de Sabrina se mandó tatuar un mapamundi en sus horripilantes senos con pinta de escroto decolorado

Empero, no me gusta utilizar groserías, pero de alguna forma tenía que desahogarme. Y si alguno de ustedes, respetables lectores, se pregunta "Bueno ¿y por qué no dejas de ver la tele si te molesa tanto?", sólo estoy diciendo que debería haber programación de mejor calidad, por la cuál a uno le dé gusto gastar la pupíla y regalar un poco de vida, es todo.